Probablemente para algunas personas es absurdo tratar a los canes como miembros de la familia hasta el punto de amarlos como hijos, pero para la ciencia esto tiene una explicación, y la verdad es que nuestros fieles amigos peludos se ganan nuestro amor fácilmente.
El vínculo que se crea con un perro es muy poderoso, ya que para él la forma en la que lo miras, lo tratas, le hablas, lo acaricias y lo cuidas lo hace sentirse parte importante de tu vida, así como él te hace parte importante de la suya.
Según el departamento de ciencia animal y biotecnología de la Universidad de Azabu en Japón, el cerebro no define el tipo de oxitocina, que es la llamada hormona del amor, la cual suele aparecer de manera involuntaria cuando existe una relación social afectiva.
Para los científicos japoneses no hay ninguna diferencia entre la oxitocina que libera el cerebro por los hijos y la que libera por los perros.
Para los amantes de los perros, estos son seres indefensos que dan ganas de proteger y cuidar, es por eso que tienden a tratarlos como hijos, por lo que si no tienen hijos sienten la necesidad de darle todo su amor incondicional.
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