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Si quieres ser feliz siempre la clave está en no casarte según la ciencia


Si quieres ser feliz siempre la clave está en no casarte según la ciencia

Estudios científicos y antropológicos han revelado que el "felices para siempre" se aplica a las mujeres que han decidido quedarse solteras. Decirle no al matrimonio te garantiza una larga, próspera y feliz vida. ¿Quieres saber por qué?
Estoy sola porque quiero
Durante mucho tiempo se creyó que esta era la frase consuelo de la que se aferraban las mujeres que no habían resultado elegibles para un matrimonio. Sin embargo, en una serie de estudios científicos realizados recientemente, se comprobó que era cierta, y muy
Después de analizar a un grupo de tres mil mujeres, se las dividió entre las que eran felices y las que no lo eran Curiosamente, el 90% de las que no lo eran, sí eran casadas, mientras que el 98% de las que sí lo eran, eran solteras.
Los investigadores a cargo del estudio quisieron saber a qué se debía esta gran diferencia, y esto fue lo que encontraron.
Las solteras son dueñas de su tiempo
Mientras que en las reuniones entre amigas, las casadas deben volver a casa a una hora determinada para acostar a los niños y para preparar la cena, las solteras disponen de sus horas a voluntad. Esta autonomía juega muy a favor cuando hablamos de felicidad.
Las casadas se consideran atadas
En la encuesta llevada a cabo, se les preguntó a las mujeres casadas cuál era la principal razón que las hacía sentirse infelices. La mayoría de ellas hizo alusión al término "atada." Esto quiere decir que no pueden irse de viaje solas o con amigas, ya que deben atender a sus familias.
Las solteras tienen mejor poder adquisitivo

Mientras que las casadas deben trabajar menos para cuidar a sus hijos o destinar buena parte de su sueldo en pagar a quien los cuide, las solteras hacen uso de su dinero exclusivamente para ellas.
¿Qué el dinero no trae la felicidad? Al parecer este grupo de mujeres no compartía este pensamiento. Tal vez el dinero en sí mismo no se las traía, pero sí la ropa que se compraban, los días de spa que podían permitirse, los viajes que podían hacer y alguna que otra pequeña cirugía que pudieron darse el lujo de hacerse.

Ya sea el dinero o la independencia, ahora sabemos que el camino a la auténtica felicidad radica en estar solas y tranquilas, sin tener que rendirle cuentas a absolutamente nadie.

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