Andre Bauma rescató a Ndakasi cuando era una bebita de meses, luego de que cazadores acabaran con su madre. Pasaron más de una década juntos, en la que ella saltó a la fama gracias a una cómica selfie. En sus últimos meses, la gorila solo quería estar junto a su salvador.
Los vínculos entre una persona y un animal pueden llegar a ser tan profundos como los que crea y nutre un ser humano con su familia. No solo por el lado de las personas se fortalece este vínculo, sino que también son los mismos animales quienes comprenden que están en compañía de alguien que los aprecia, y que nunca le hará daño.
Esto no solo ocurre entre personas y sus perros y gatos, sino que también puede darse en los santuarios de animales.
Así fue con el vínculo entre Andre Bauma y Ndakasi. El cuidador de un parque nacional en la República Democrática de El Congo conoció a la gorila hace ya más de una década atrás, tras encontrarla solo y víctima de una tragedia: milicias armadas habían pasado por el lugar, causando extrema violencia. La madre de la pequeña Ndakasi, en ese tiempo una gorila de solo meses, recibió una de las balas, falleciendo con su bebita en sus brazos.
Andre se apiadó de ella, rescatándola para cuidarla personalmente.
Ndakasi se convirtió así en uno de los gorilas del parque nacional de Virunga. Su presencia era feliz, jugaba con los demás gorilas, pero siempre se alegraba especialmente cuando veía llegar a Andre.
Fue por esto que cuando la gorila sufrió de una enfermedad que empeoró con rapidez, lo único que deseaba era regresar a los brazos de quien la ayudó en un principio. Colegas de Andre tomaron la emocionante foto, donde se pueden ver uno de los últimos momentos de la vida de Ndakasi.
Ndakasi saltó a la fama hace unos años atrás, cuando otro cuidador se tomó un selfie junto a ella y otro gorila. En ella se podía ver a los dos simios imitando al cuidador, resultando en una imagen de lo más cómica, que además nos habla del buen ánimo y compañerismo de la gorila.
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